Citas perdidas: una preocupación creciente
El impuesto conejo ha sido adoptado por el Senado en el marco del proyecto de presupuesto de la Seguridad Social para 2024 (PLFSS). Se inscribe en un contexto marcado por el alarmante número de citas médicas no cumplidas cada año. Según las estadísticas, alrededor de 28 millones de citas se pierden anualmente en Francia, lo que supone una pérdida de tiempo y recursos considerable para los profesionales de la salud. Además, estas citas perdidas podrían haber beneficiado a otros pacientes, por lo que no se trata solo de una cuestión de dinero, sino también de acceso a la atención médica.
El presidente Emmanuel Macron, así como otras figuras políticas, han expresado su apoyo a la idea de sancionar a los pacientes que no cumplen con sus compromisos médicos. En un contexto donde el acceso a la atención médica está bajo una fuerte presión, respetar las citas médicas es más importante que nunca.
Las razones detrás de estas ausencias son múltiples. Si bien algunas están justificadas por emergencias o imprevistos, un número significativo de pacientes omiten sus citas intencionalmente o por negligencia. Esta actitud conduce a espacios no utilizados y a una ineficiencia general en la gestión de las citas médicas.
Cómo funciona el impuesto conejo
Si bien el impuesto conejo representará un monto fijo que deberá pagar el paciente que cancele a último momento, su valor exacto aún no se ha establecido. Este impuesto sería recaudado y administrado por el seguro de enfermedad, que se encargaría de transferirlo a los profesionales de la salud cuyas citas no se hayan cumplido.
Cabe señalar que, aunque esta ley ha sido adoptada por el Senado, aún no está completamente operativa. De hecho, debe ser validada por otras instancias gubernamentales antes de su implementación concreta.
El ministro de Salud, Aurélien Rousseau, ha expresado reservas sobre este impuesto, sugiriendo que el tema debería abordarse en negociaciones convencionales entre los diferentes actores del sector sanitario. Esta posición indica que el gobierno busca alternativas más consensuadas para resolver el problema de las citas perdidas.
Un impuesto controvertido
Aunque resolver el problema de las citas perdidas por parte de los pacientes es encomiable, este proyecto de impuesto genera varias controversias. Algunas partes del sector sanitario y representantes del público lo consideran una medida punitiva excesiva que podría deteriorar la relación de confianza entre médicos y pacientes.
El temor es que este impuesto genere una dinámica negativa en la cual los pacientes podrían dudar en hacer citas por temor a ser penalizados en caso de imprevistos. Esta situación provocaría entonces el efecto contrario al buscado, haciendo que los pacientes sean más reacios a comprometerse con el sistema de atención médica.
Además, hay muchas preocupaciones sobre el impacto en los pacientes con bajos ingresos, que son particularmente sensibles a las fluctuaciones en su poder adquisitivo.
En cualquier caso, este proyecto está lejos de ser trivial. Desde hace varios años, la Unión Francesa para una Medicina Libre (UMFL) desea la creación de un derecho a facturar consultas no cumplidas.
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