Un jardín bien diseñado es una obra de arte, que se crea mediante el uso de diferentes elementos para combinar una belleza visual con funcionalidad. Estos elementos incluyen plantas, árboles, estructuras (como caminos y paredes), iluminación, agua y otros elementos decorativos. Al combinar estos elementos de forma inteligente, se puede crear un jardín hermoso y único.
Equilibrio
El equilibrio es un principio importante para el diseño de jardines. Existen dos tipos principales de equilibrio en el diseño de jardines: simétrico y asimétrico. El equilibrio simétrico proporciona un aspecto ordenado y armonioso al jardín, mientras que el equilibrio asimétrico crea una sensación más informal. Ambos tipos de equilibrio pueden ser utilizados con éxito en los diseños de jardines.
Proporción
La proporción es otro principio básico del diseño que tiene que ver con la relación entre los diferentes elementos del paisaje. Esta relación puede tener muchas formas: por ejemplo, la relación entre la altura de los árboles y la altura de las paredes o caminos; la relación entre la anchura del camino y la anchura del espacio entre las plantas; o la relación entre los elementos grandes y pequeños dentro del paisaje. El uso adecuado de la proporción ayuda a crear un aspecto armónico en el paisaje.
Ritmo
El ritmo es un principio importante para los diseñadores paisajistas, ya que le da alguna estructura al diseño. El ritmo se refiere a la repetición regular de ciertas formas o patrones a lo largo del jardín. Esta repetición puede ser conseguida mediante el uso de patrones geométricos (como líneas rectas o círculos), formas naturales (como arbustos o árboles) o colores similares. El uso adecuado del ritmo en el diseño ayuda a crear un sentido de movimiento y fluidez en el paisaje.
Simplicidad
La simplicidad es también un principio clave para el diseño paisajístico. Esto significa que hay que evitar excesivas complicaciones en el diseño, ya sea en cuanto a patrones, colores o materiales utilizados. La simplicidad no significa necesariamente aburrimiento; hay muchas maneras interesantes e innovadoras para incorporar sencillez y elegancia al mismo tiempo en el diseño.
Funcionalidad
Además de ser visualmente atractivo, un buen diseño paisajístico también tiene que ser funcional; es decir, los elementos dentro del jardín deben servir a su propósito práctico además de estético. Por ejemplo, los caminos deben conducir a donde queremos ir dentro del jardín; las zonas protegidas deben ofrecer sombra durante los días calurosos; las plantas deben ser compatibles con su ubicación particular dentro del jardín; etcétera.
Harmonía
Se dice que todos los elementos dentro del jardín deben trabajar juntos para crear un sentido general de armonía. Esta armonía se consigue cuando existe un sentido uniforme dentro del diseño: por ejemplo, cuando todas las plantas son del mismo color o cuando todos los materiales usados son similares entre sí. La armonía también se consigue cuando existen contrastes sutiles dentro del jardín: por ejemplo, cuando hay diferentes tonalidades verdes mezcladas entre sí o cuando existen diferentes texturas entre los materiales.